viernes, 16 de diciembre de 2016

(La vejez, la soledad…, es una puerta, que desearíamos mantener siempre cerrada) (Poema)

















(La vejez, la soledad…, es una puerta,
que desearíamos mantener siempre cerrada)

                                                                                                                                                                         


Ayer, al despertarme, me sentí viejo,
viejo, viejo, como la vieja pared
de un bancal abandonado,…
y triste y roto y yo que sé.

Y yo no entendía el mundo,
porque al mundo yo no lo veía;
pero el mundo ahí estaba, lo sé...
¿Fue mi ceguera,… pura melancolía?

¡No sé, no sé!¿ No sé que hay de verdad,
en esta aparente, loca y necia realidad,
y cuanto,… de sutil e inconsciente fantasía?

¡No, no, que no quiero sentirme viejo,
viejo como un aula abandonada,…vacía…
Viejo, en la más oscura y triste soledad!


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martes, 6 de diciembre de 2016

Al Pino de Cogote (Poema)





Al Pino de Cogote




Brotó en la ladera un pino, hoy magno y leñoso,
y se desarrolló lenta y parsimoniosamente
acurrucado, en la insondable lejanía del tiempo…,
entre las torvas canículas y el invierno riguroso.

Ahora vemos la corteza de su añejado tronco
agrietada, rota como la oscura greda...,
da lástima mirar su tronco, de un lado al otro
trepanado, por una lóbrega y negra cueva.

El viejo Pino de Cogote, antaño, atisbó la inquina,
la rabia insolidaria y sorda, la indiferencia
y el desprecio de los recolectores de resina.

Pero, aún, no haría falta ser un genio, ni tampoco un visionario,
para atisbar al dorso de sus vetustas ramas, entre la bruma,
algo que recuerda a la forma impar y ruda de un viejo dinosaurio.

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domingo, 4 de diciembre de 2016

Ami hijo David a los 2 años (Poema)








Ami hijo David a los 2 años



Estaba la calle sola, en penumbra.
Era de noche, últimos días de Octubre.
La luna gozaba su plenilunio, hermosa,
Y, sobre ella vino a posarse una nube.


Mi pequeño hijo me acompañaba.
- ¿Papá,... eso qué es, qué es eso?
Y con su pequeño dedo a la Luna señalaba.
- Es la Luna, que lleva puesto un gorrito de payaso.

                        
Con sus ojos todos la siguieron en su ruta por el cielo
tanto la admiraron,... filósofos, poetas y guerreros.Hijo
todos la querían, todos la amaban y tú sin saberlo.


También yo, lo confieso, la admiré desde pequeño.
- ¿Qué tengo? Le pregunté: ¡lo llevas todo! Me dijo.
Tanto cariño guardaba para ti, hijo, y yo sin saberlo.

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jueves, 17 de noviembre de 2016

A una mañana de nieve en la cumbre (Poema)
















A una mañana de nieve en la cumbre




Hoy,… los filos de las cumbres,
aparecen suavemente maquillados
por un espeso manto de azúcar…
¡Si parece que están nevados!

El sol de la mañana acaricia, apenas,
sutilmente, con sus rayos medrosos,
el cuerpo alargado y quieto de la cumbre blanca,
que asemeja a una ballena, varadita en la montaña.

Una vieja ballena dando silbidos
toda cubierta de escarcha
flotando sobre los pinos…

Los carámbanos de nieve, como diamantes,
refulgen bajo las ramas…, y en la distancia…
¡Unos ojos vagabundos acarician las montañas!

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A la hermosura del Otoño (Poema)















A la hermosura del Otoño


 Lo confieso,... me sosiega y me aturde
esa leve y tierna melancolía, que acontece,
contemplando el destilar lento de las horas,
triste y hermoso de los días otoñales.

Esas vides, cuyas hojas de nuevo amarillean
o enrojecen, mostrando su inminente despedida.
Esos pájaros, que ocultos tras la bruma canturrean,
soltando al viento por su pico la más pura sinfonía.

Día a día, el aire es más húmedo, revoltoso y fresco.
La luz, mientras, se atempera, es más liviana y ya no ciega.
El sudor se cambió de acera y el árbol vivo parece muerto.

El hombre, la humana calidez busca en los humanos...
Para entonces, todo sobre si, se envuelve y se contrae.
El perro mató la pulga, y con la ultima mosca se distrae.

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martes, 11 de octubre de 2016

¿Dónde está la felicidad? (Poema)

















¿Dónde está la felicidad?




Perseguida, envidiada y,… loca…,
loca. Evocada en días luctuosos…
Como los miembros de un leproso,
así es de frágil para quien la toca…

¡Ay! ¡ay! Para quien la toca…,
como el hombre del piano
tecla a tecla, él, toca y toca
y extrae la música de un carámbano.

De un acristalado carámbano de hielo
que medroso se arrastra por el suelo
y se cobija, agazapado en la cola de un piano.

La felicidad…, a veces, transita por carreteras secundarias,
viaja en artefactos, extrañas máquinas, hondamente estrafalarias…
Y allí… ¡Como un corazón adolescente, se duerme acariciada por unas manos!

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La felicidad soñada (Poema)


























La felicidad soñada




¡Ay! ¡Los sueños felices que no volverán!
Porque una mañana turbia, caliginosa, llena de ausencia,
o tal vez, en una tarde gris, fría y borrascosa, murieron.
Sin acabar de crecer, corriste a soterrar tu inocencia.

La mataste torpemente, sin querer.
Como el niño con el índice
apretando gatillos en el aire,
matando lo que se ve, y lo que no se puede ver.

Se fue desinflando aquel enorme fole
repleto de sueños imposibles y utopías
caprichosas, levantadas en el aire.

Nada hay de oculto, nada hay que te aceche,
todo resultó menos arduo,… menos confuso. La placidez
dormita, acantonada. Que nadie la conturbe, ni la aflija, ni la eche.

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El sueño de la felicidad (Poema)

























El sueño de la felicidad




Se recrea a lomos de un sol poniente
en aquella aurora juvenil que pasó
sin pena ni gloria, ni batalla ganada…,
sin malla, sin escudo y sin tridente.

Era una quimera, un sueño envolvente,
todo sin crear…, ideas, proyectos…,
porque allí el futuro era algo inexistente…,
muda incertidumbre anidada por espectros.

Y, él, a pesar de todo, le pone cara
y hasta le busca un cuerpo
y la imagina calma, y dulce y tersa,

El, la vestirá despacio,
como el que viste a un muerto,
(Diáfana…, es la felicidad del sueño).

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jueves, 6 de octubre de 2016

¿A quién le interesa la verdad? (Poema)




















¿A quién le interesa la verdad?


Ejerciendo mi valiosa libertad,

permiso a ustedes les pido:
para empezar con la venia
hablando de la verdad

No se trata de porfiar...

La verdad, es como una oruga
se desconoce siempre la hoja
donde la puedes hallar.

Es como una hermosa joven, desnuda,

que voluptuosamente sonríe y se insinúa,
tendida sobre una piel de astracán.

Su imagen se introduce hasta el centro de las cejas,

todos quieren poseerla y tras ella todos van,
y al tenerla, más de uno, la daría por un plato de lentejas.

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viernes, 30 de septiembre de 2016

EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO (Poema)


























EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO


J. D. Salinger como la costurera
le dio las últimas puntadas a su libro
y se lo llevó a su editor,
cogió el paquete casi con asco,
el tocho corregido
rezumaba espinillas
y sudor adolescente,
se desprendió de él
con temblor en las manos,
nitroglicerina con trazos melancólicos
guardaban el centeno,
aquel puñado de páginas
iban a ser la Biblia para Chapman,
y él el ángel vengador
en busca de los tres mil prepucios…

Lennon no dejaba aún de imaginarse
un mundo donde la paz fuera posible,
donde caería del cielo
una lluvia de pétalos de rosa
regando los prados con amor,
y el mundo de cordura…

Cinco balas rasgaron las espigas,
Lennon expiraba en brazos de Yoko,
mientras el guardián seguía allí,
acantonado,
tenía el libro de J. D. Salinger
entre las manos,
y leía, impasible,
como un juez que pronuncia
desde el estrado,
sin inmutarse, una condena.

Y, lo más seguro es
que en las manos de J. D. Salinger
aún continuaba aquel temblor…
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sábado, 10 de septiembre de 2016

TELÉMACO (Poema)

















TELÉMACO

Brillaba el ámbar
de  una gota de rocío
solitaria,
sobre una tela de araña,
y tiembla al viento
como una lágrima,
mientras un pájaro corta
el silencio en la mañana,
y cuándo el Sol ya está
presto a salir…
un joven duerme,
y en su sueño inquieto,
el muchacho se alonga
en el pozo del tiempo
y oye la voz de su padre,
el eco que le llama:
¡Telémaco, Telémaco!

Es él Ulises, el intrépido,
el rico en estrategias…

Hasta Pilos y a Esparta
irá aquel chico imberbe
detrás de la voz de Odiseo…

¡Pobre Telémaco, volviste
con las manos vacías!
No estaba allí el hombre
marcado en una pierna
al que buscabas…

Más no fue en balde tu viaje,
regresaste hombre,
sabio como Néstor,
intrépido y sagaz
como tu padre,
rico, en la experiencia,
de vivir la incertidumbre
que despierta el mañana,
el desabrigo,
el desamparo
de andar fuera de casa,
todo esto te dio el valor,
la serenidad,
para después
enfrentar a la muerte
mano a mano
al lado de tu padre…

Porque cuando la flecha
del hijo de Laertes
traspasó las doce hachas,
la sangre en abundancia
os manchó el rostro
y resbaló por las paredes… 


sin embargo, pese a tu valor,
Telémaco,
tu destino fue como el de tantos…
árboles raquíticos,
a quienes no dejó crecer
la enorme sombra de su padre. 

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