A una mañana de nieve en la cumbre
Hoy,… los filos de las cumbres,
aparecen suavemente maquillados
por un espeso manto de azúcar…
¡Si parece que están nevados!
El sol de la mañana acaricia, apenas,
sutilmente, con sus rayos medrosos,
el cuerpo alargado y quieto de la cumbre blanca,
que asemeja a una ballena, varadita en la montaña.
Una vieja ballena dando silbidos
toda cubierta de escarcha
flotando sobre los pinos…
Los carámbanos de nieve, como diamantes,
refulgen bajo las ramas…, y en la distancia…
¡Unos ojos vagabundos acarician las montañas!
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
¡Unos ojos vagabundos acarician las montañas!
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