Los muertos
Hay un olor a humedad
cuando entras en la
casa,
un vacío,
y una gran tristeza
se palpa en el
ambiente,
las voces de los
muertos
llegan a nosotros
silenciosas,
lejanas,
y opacadas,
porque se han ido
diluyendo
como un buque en la
distancia,
igual que harina fina,
también ellas, como
nosotros,
han ido cayendo
por las rendijas de
los años,
sin embargo,
ellos
no han muerto del
todo todavía,
aún aparecen en los
recuerdos
y se pasean a
trompicones
de vez en cuando
por alguno de
nuestros sueños…
Recordamos las
conversaciones
que mantuvimos con
ellos,
en algún momento,
de manera coloquial…
las risas,
las broncas,
la ironía…
quizá entonces,
también,
morimos un poco con
ellos,
y ellos,
ahora,
bajo las lápidas,
aún manejan los
hilos,
sonríen,
aguardan pacientes
por nosotros,
se sientan a horcajadas
sobre el límite del
tiempo… Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.