martes, 30 de junio de 2020

Se acabó el estado de alarma (Poema)



Se acabó el estado de alarma



Se terminó el estado de alarma,
de nuevo recobramos la libertad de movernos,
de volar
como las andoriñas,
chapotear en "la nueva normalidad".
Pero hemos de saber
que el Covid 19 sigue ahí,
dispuesto a saltar como un felino
sobre la libertad de los idiotas,
presto a planear
sobre las creencias falsas,
de incrédulos y sabelotodo.
Apoyándose en las conspiraciones
creadas en pos de negar la realidad,
socio de los que ponen en jaque a la salud.
De los abridores de brechas en la seguridad,
como butrones en los muros…

No entiendo el ¿por qué?
Pero esto me hace viajar
lejos,
muy lejos en el tiempo,
oigo voces de remos
batiéndose en el agua,
sobre el negro crustáceo
el ambiente es brutal,
sacrificio,
violencia y dolor…

Entre los remeros,
veo a un sufrido galeote,
qué, cansado de vivir,
abre en secreto
un boquete en la sentina.
El suicida
se lleva todo por delante,
incluso a los que no querían morir.

Poco a poco, entra el agua,
va subiendo de nivel,
rápidamente
inunda las bodegas,
supera los mamparos,
el navío se hunde,
entre gritos,
la galera baja hasta el silencio.

Siglos después,
sobre el lodo,
nada identifica el hecho,
en el océano,
el aceite de las tinajas,
como las vidas,
se ha desvanecido para siempre.

Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados. 


viernes, 19 de junio de 2020

No aprendimos nada (Poema)


No aprendimos nada



Cada paso que damos
nos reafirma las inseguridades,
el Covid 19
nos hace andar en la cuerda floja,
caemos,
bajamos
al abismo abisal de cangrejos sin ojos.

La pandemia nos devuelve al pasado,
no captamos el mensaje,
no somos más buenos,
ni aprendimos nada de nada…
Volvemos a la guerra.
Siempre volvemos a la guerra.
Ciegamente.
Arremetemos como el toro.
Tenemos dura la testuz.
Somos arcaicos.
Volvemos a despedazarnos por la idea.
Como si no tuviésemos suficientes calamidades,
como si no estuviera ya la mesa puesta
repleta de infortunio.
Nadie se acuerda de los muertos
si no es para construir su barricada.

De toda la pandemia lo peor es la ceguera.
La falta de testículos para bajar al barro;
para dar la mano al adversario,
para subir a la canoa,
somos cobardes,
nos faltan agallas para mirarnos a los ojos,
no queremos ver al otro ser humano,
preferimos las caricaturas,
los clichés prefabricados…

Amamos nuestras verdades bubónicas
que nos atan de por vida como un dogma,
que nos impiden crear nada nuevo,
tememos cuestionarnos nada,
no vaya a ser qué al mirar hacia atrás
como la mujer de Lot
quedemos petrificados en muñecos de sal.


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domingo, 7 de junio de 2020

Ahora (Poema)


























Ahora


Ahora, es todo tan raro, tan extraño.
Aunque la vida siempre tuvo los días contados.
Siempre estuvimos en peligro,
pues nunca volamos con seguridad,
porque nos mentíamos,
nuestras alas no eran fuertes,
ni vigorosas 
como las de un cóndor,
eran vistosas pero débiles,
brillantes
como el más puro celofán,
arrogantes
éramos,
incapaces de ver la realidad.

Hicimos mofa del destino
con nuestra falsa seguridad,
atamos sin piedad, 

las manos,
y sellamos las bocas de las parcas,
por eso mismo,
ahora, 

nos parece todo,
tan raro, tan extraño,
el Covid 19 nos dejó ciegos,
la pandemia nos afectó de veras,
nos abrió los ojos,
como el sol
cuando inunda plenamente nuestras alcobas,
vimos la realidad,
y a la vista quedaron la cobardía y el silencio,
también 
salieron a flote nuestras mentiras,
tan diáfanas y elocuentes
como la mar, como el cielo,
como un bando de palomas
o, como las verdes piedras,
las desnudas rocas,
que quedan al descubierto en la bajamar.



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