¡No puedo respirar!
Que poco vale la vida de un hombre,
que poco vale,
si tiene la piel negra,
si negro es su destino,
¡la vida que poco vale!
¡No puedo respirar!
fue su grito de auxilio,
sus últimas palabras,
pero a su asesino le dio igual,
total: un negro, un negrata,
escoria de la calle,
y apretó aún más la rodilla en su
cuello,
solo es un negro, es nadie,
escoria de la calle y nada más.
Las calles se incendian
han asesinado a un hombre,
ha muerto George Floyd,
que poco vale la vida de un hombre,
que poco vale,
si tiene la piel negra,
si negro es su destino,
¡la vida que poco vale!
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