A la hermosura del Otoño
Lo
confieso,... me sosiega y me aturde
esa leve
y tierna melancolía, que acontece,
contemplando
el destilar lento de las horas,
triste y
hermoso de los días otoñales.
Esas
vides, cuyas hojas de nuevo amarillean
o
enrojecen, mostrando su inminente despedida.
Esos
pájaros, que ocultos tras la bruma canturrean,
soltando
al viento por su pico la más pura sinfonía.
Día a
día, el aire es más húmedo, revoltoso y fresco.
La luz,
mientras, se atempera, es más liviana y ya no ciega.
El sudor
se cambió de acera y el árbol vivo parece muerto.
El
hombre, la humana calidez busca en los humanos...
Para
entonces, todo sobre si, se envuelve y se contrae.
El perro mató la pulga, y con la ultima mosca se distrae.
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
El perro mató la pulga, y con la ultima mosca se distrae.
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Me ha gustado este homenaje que le haces al otoño, en el cual reina el regocijo, y parece que los humanos están más unidos, al ver caer el fruto y hojas del árbol. En el otoño somos como ese perro, que con la última mosca se distrae. No hay más distracción que el calor del amor, si lo hay, de lo contrario, nos distraemos con una mosca.
ResponderEliminarUn placer leerte Servilio.
Bss.
Muchísimas gracias, querida Carmen, por tus palabras tan amables, si, así es, mientras en el verano, esa borrachera de luz casi nos impide ver otra cosa, en el otoño volvemos el rostro de nuevo hacia el ser humano hacia su luz a su calidez...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amiga!!!