SALEN
LOS BARCOS
Llega el
fin de la tarde
pero sobre el rojo crepúsculo,
aún se puede escribir
con letras de plata.
Ya casi entre las sombras,
a punto de entrar
en el reino de la noche,
salen del puerto
los barcos.
Los pesqueros
unos detrás de otros,
como ovejas
desfilan,
van saliendo de la rada,
como si tuvieran vida propia,
lentos
y torpes como bueyes,
los bermeanos
aplastan el agua
con su peso,
son como una clase nueva
de rumiantes
que salen mugiendo
de las cuadras,
y lanzando
en su bramido,
una pequeña nube de humo lateral
blanca como incienso,
tenue como un velo,
los viejos barcos de pesca,
van sobre la superficie
como bultos,
y mueven su tripa
partiendo en dos
la blanda página,
del agua azul y oscura
como una lámina de hierro...
Luego los marinos
hacen ver sus sombras
sobre la cubierta del barco,
son como primates,
seres prehistóricos
pero sobre el rojo crepúsculo,
aún se puede escribir
con letras de plata.
Ya casi entre las sombras,
a punto de entrar
en el reino de la noche,
salen del puerto
los barcos.
Los pesqueros
unos detrás de otros,
como ovejas
desfilan,
van saliendo de la rada,
como si tuvieran vida propia,
lentos
y torpes como bueyes,
los bermeanos
aplastan el agua
con su peso,
son como una clase nueva
de rumiantes
que salen mugiendo
de las cuadras,
y lanzando
en su bramido,
una pequeña nube de humo lateral
blanca como incienso,
tenue como un velo,
los viejos barcos de pesca,
van sobre la superficie
como bultos,
y mueven su tripa
partiendo en dos
la blanda página,
del agua azul y oscura
como una lámina de hierro...
Luego los marinos
hacen ver sus sombras
sobre la cubierta del barco,
son como primates,
seres prehistóricos
del
principio de los tiempos,
desaparecen como hombres,
para quedarse con la fiera,
porque allí, lo que cuenta
son las manos,
garras para atrapar...
para coger cabos y redes
y nasas y anzuelos,
y la noche,
y el miedo a morir
en un instante.
Es gente bien curtida,
de arrugas profundas
y rostros cetrinos,
como hechos a desgana,
con cuatro hachazos
en un viejo tronco de sabina,
desaparecen como hombres,
para quedarse con la fiera,
porque allí, lo que cuenta
son las manos,
garras para atrapar...
para coger cabos y redes
y nasas y anzuelos,
y la noche,
y el miedo a morir
en un instante.
Es gente bien curtida,
de arrugas profundas
y rostros cetrinos,
como hechos a desgana,
con cuatro hachazos
en un viejo tronco de sabina,
y entre todos
se
reparten la pradera azul...
que ya no es azul
sino negra como la noche,
una noche nubosa,
sin estrellas,
bajo el templado cielo
que no protege de nada,
ni del viento
ni de las profundidades,
ni de la muerte
que acecha en cada ola.
Y van calando las nasas,
las celdas de alambre,
que ya no es azul
sino negra como la noche,
una noche nubosa,
sin estrellas,
bajo el templado cielo
que no protege de nada,
ni del viento
ni de las profundidades,
ni de la muerte
que acecha en cada ola.
Y van calando las nasas,
las celdas de alambre,
las
trampas para peces
suspendidas
en medio
del océano…,
cuando, de pronto
¡un trueno parte en dos el cielo
y sopla fuerte el Noroeste!
cuando, de pronto
¡un trueno parte en dos el cielo
y sopla fuerte el Noroeste!
Ahora
vuelven otra vez a sentirse
humanos,
vulnerables como insectos,
las olas son como barrancos
coronados por la espuma,
vuelven otra vez a sentirse
humanos,
vulnerables como insectos,
las olas son como barrancos
coronados por la espuma,
enfilan
de nuevo hacia el puerto
bajo
unas ráfagas de lluvia
y
cercados por la bruma,
cuarenta veces a Dios
cuarenta veces a Dios
maldicen,
mientras imploran
a su Virgen del Carmen,
pues, solo puede ser ella,
mientras imploran
a su Virgen del Carmen,
pues, solo puede ser ella,
su
patrona,
quien los saque
quien los saque
de aquel
infierno,
quien les libre
de las garras de la tormenta
para llevarlos a casa.quien les libre
de las garras de la tormenta
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
Que vida y faena más dura la del pescador, como lobos solitarios en busca de carnaza, no solamente es duro para el pescador que se da a la mar, también duro es para su mujer que vive pendiente y evocando a la Virgen del Carmen que ampare a su amor.
ResponderEliminarPrecioso poema en honor a los pescadores, como me encanta el mar, todo lo referente a él me apasiona.
Un placer leerte querido amigo Servilio.
Que disfrute la noche del sábado y el domingo con tus seres queridos.
Besosssss!!!.-
Gracias, amiga Carmen, estoy de acuerdo en todo lo que dices, sobre esa vida tan dura de los pescadores, para ellos y para sus familias, siempre con la inquietud en el cuerpo cuando ellos se van a ejercer esa profesión tan azarosa...
ResponderEliminarEl otro día, ya casi al oscurecer, mientras paseaba con mi mujer por el paseo marítimo, vi como fueron saliendo del puerto, unos detrás de otros los barcos de pesca a faenar... y ahí comenzó este poema... Ellos confían ciegamente en su patrona y yo creo que cualquiera que estuviera en su lugar, en medio de tantos peligros, haría lo mismo que hacen ellos...
Un abrazo, amiga, feliz inicio de semana!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQué maravilla, Servilio. Precioso poema. Qué metáforas tan acertadas. He salido a pescar yo también con tus fieras, no hombres ya,y he regresado hechida después de leerlos entre tú red tan bellamente tejida. Mi enhorabuena.
ResponderEliminartu, sin tilde.
EliminarMuchísimas gracias, Balbina, todos los poemas tienen su momento y este me escogió una tarde de hace pocos días para que lo escribiera... La salida del puerto, unos detrás de otros, de los barcos pesqueros a faenar, cuando ya estaba a punto de oscurecer, en ese instante aquello me pareció algo tan real y tan poético, que esa imagen me persiguió varios días, hasta que de esa pequeña semilla finalmente salió este poema... Pero fíjate, muchas veces he visto salir de pesca a los barcos, sin embargo nunca había sentido esa misma sensación... por eso te digo que cada poema elige su momento...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga!!!
Es bonito lo que dices y opino como tú. A veces somos meros transmisores, canales de la palabra que se manifiesta por medio de nosotros y nosotras. Un abrazo.
EliminarAsí es, amiga, la palabra como objeto, cuerpo y alma de los sentimientos y de las emociones que sentimos en un determinado momento.
ResponderEliminarQuerida Balbina, un abrazo y un feliz verano para ti.