VIEJO
Viejo si, muy viejo...
Viejo sí,
pero,
en esa mirada de niño
claramente,
aún se puede ver
tanto,
el sol espléndido
de una mañana de mayo,
como en las arrugas de su frente,
se distinguen
al instante,
el hormiguero de los días,
las meteduras de pata,
o los anhelos del tiempo
que fue pasando,
el amor,
y hasta esos tantos por ciento
de inquietud
que calló su boca...
Pero su voz eclipsada
sus hombros abatidos,
sus breves pasos,
y sus manos artríticas,
dicen viejo,
viejo si...
Solo su mente
lo mantiene lejos
de este extraño
de ahora,
no se reconoce en sus pellejos,
ni tampoco en la calva
que cubre su cráneo,
se ve,
ni los dedos sarmentosos
que pueblan sus manos,
le parecen suyos...
El tiempo lo alejó tanto de si,
qué de aquel castillo
que fue,
nada queda,
su torre de sueños
colapsó,
ahora
solo quedan piedras,
piedras sueltas...
y eso es él,
se ve,
ni los dedos sarmentosos
que pueblan sus manos,
le parecen suyos...
El tiempo lo alejó tanto de si,
qué de aquel castillo
que fue,
nada queda,
su torre de sueños
colapsó,
ahora
solo quedan piedras,
piedras sueltas...
y eso es él,
un fantasma,
que da
vueltassobre un montón de piedras
y de recuerdos difuminados…
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
Un gran poema sobre la vejez, sobre sus dos caras: la del cuerpo que pierde su lozanía y la de la experiencia, que enriquece más a quien más ha vivido. Me encantó la metáfora del hormiguero de los días. Comparto muy gustosa, querido Servilio, y te dejo mis mejores deseos para este fin de semana, besines :)
ResponderEliminarMuchas gracias, querida Mayte, es verdad, amiga, esas dos caras de la vejez y además esa idea, ese pensamiento de verse uno mismo que no envejece a un tiempo que la piel...
ResponderEliminarFeliz noche y un fuerte abrazo!!!!
Excelente.Um retrato real da velhice
ResponderEliminarMuchas gracias, Marina, sí, es la vida con sus luces y sus sombras.
ResponderEliminarUn abrazo.