La abuela Peregrina
Entre
varias alegrías
y
algunos sinsabores,
pasé
ya, los cuarenta,
cuan
lejos queda
ahora
la infancia.
Te
recuerdo abuela,
el
patio, el aljibe,
y de
tus flores,...
paréceme,
ahora inclusive,
oler
sus fragancias.
Azarosa
y dura es la vida,
los
años caen, uno tras otro,
el
trabajo, la rutina.
Más
nunca cayó en el olvido,
ese
amor, ternura y cariño,
que
ha espuerta llena
me
entregabas siendo niño
querida
abuela,
cariñosamente,
”Madre
Vina“
Cuantas
cosas, recuerdo,...
tu
cara redonda y morena,
tu
pelo blanco y sedoso,
recogido,
con una peineta,
siempre
en un moño,
un
lunar,... en medio de tu frente,
y el
hablar suave y cadencioso,
de
verbo sincero, inteligente.
La
cocina, el café,
la
tertulia, el maestro,
la
tarde es muy fría
¿Un
buche de vino
Señor:
Don José?
¡Gracias
Dña. Peregrina!
aunque
un siglo viviera
¡nunca
le pago yo a usted!
Es de
noche, hay neblina,
y el
invierno en la Cisnera ,
insoportable
sería, si no fuera,
porque,
dentro de su cocina,
está
repartiendo amor
la
abuelita Peregrina.
la
abuela,... dirá
con
una leve sonrisa,
“será,...
hora, de acostarse ya.”
Afuera,
sopla una fuerte brisa,
el
aire gime y aúlla
en
los cables de la luz.
Encogidos
y abrigados
subimos
a toda prisa,
con
el pasito ligero
la
escalera que nos lleva,...
por
afuera de la casa,
al
calentito dormitorio,
que
en un ala se encontraba
del
histórico granero.
Recuerdo
la cama
donde
la abuela dormía,
que
bien trabajado estaba,
...su
enorme cabecero,
con
adornos y flores
que
miraban hacia el cielo.
Es
magnífica la obra,...
hízola,
un local carpintero,
ilustre
mano artesana,
Llamada
“Paco Curbelo”
Recuerdo
los cuadros,
el
catarro, la tos,
vip
vaporut en la espalda,
y
sobre todo en el pecho.
Sonaba
la vieja máquina
de
aquel ruidoso reloj.
Antes
de apagar la luz
suave,
se peina la abuela,
y, Yo
me quedo mirando,...
¡cuantas
vigas, tiene el techo!
las
pequeñas de los lados
se
unen a las del centro,
como
afluentes en un río
encajados
y perfectos.
Sigo
mirando las vigas,
una a
una las cuento,
las
sumo y las resto,
incluso
hasta las divido,...
más,
no me salen las cuentas
y de
nuevo a contar empiezo,
y, hallándome
en las operaciones éstas,
gana
el sueño y Yo me duermo.
El
brillante lucero
que
alumbraba en la noche,
se
despide en la mañana
de
repente y amanece,...
El
Sol brilla y resplandece,
y sus
rayos ya calientan,
penetrando,
por debajo
de la
puerta del granero.
Abuela,
no quisiera
por
nada del mundo hablar,...
de
tus penas y tragedias,
tu
comprendes que prefiera
con
nostalgia recordar,...
las
abejas en las flores de tu salvia,
el tomillo
y demás yerbas,...
¡Y
las rosas de tus dalias!
Ese
olor a bagazo,...
a
vino y a fruta,
y a
barrica fregada,...
a
mecha de azufre,
despalille
de tabaco
y
tierra cavada.
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
Mira, ahí salen las dalias que en mi poema te recordaban a la abuelita Peregrina, con su peineta sobre la nívea cabellera. Precioso homenaje a esta abuela entrañable a la que nunca olvidarás. Ah, me has recordado también el Vips Vaporub que a todos nos echaban generosamente de niños cuando nos acatarrábamos, jeje.
ResponderEliminarComparto tu precioso poema, querido Servilio. Besos y muy feliz tarde :-))
Si, Mayte, las dalias, esas las tenía la abuela entre las viñas, entre parra y parra tenía sus dalias, que de repente florecían y, era una maravilla, ver toda la pared de la huerta florecida entre el verde de las viñas... La abuela tenía una mano especial para las plantas, tenía un patio que era una especie de jardín botánico, ella iba cogiendo gajitos de diferentes plantas por donde quiera que pasaba y tenía un mano milagrosa, todos le pegaban, jeje, en eso yo desde luego no salí a ella, para que me pegue un esqueje tengo que echar un instancia... Todos tenemos una abuela en el corazón...
EliminarFeliz tarde, amiga, unidas para siempre por "las dalias", besos!!!
Cuando cumples los cuarenta, corre que vuela el tiempo, y en ese vuelo, nunca se olvida a una abuela.
ResponderEliminarPrecioso homenaje a tu abuela, ay!... las abuelas y las madres, cuanto nos han legado en nuestro corazón.
Abrazo grande Servilio.
Así es, querida Carmen, esos son los tesoros que nadie puede arrebatarnos... solo el tiempo y la desmemoria, si acaso, se harán con el botín...
ResponderEliminarUn abrazo enorme, amiga Carmen, feliz noche!!!
Bonito homenaje a tu abuela!! Todos esos sabores, olores y colores inolvidables hacen que tu abuela viva en ti.
ResponderEliminarDesde luego muy bellos versos!
Abrazos y feliz noche!
Muchas gracias, querida Marybel, así es, amiga mía, todas esa cosas se las debo a mi abuela, además de la afición y y el gusto por la lectura y por la poesía, jeje que no es poca cosa, si bien se mira...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, feliz noche!!!
¡Hola amigo Servilio!
ResponderEliminarMe ha encantado la fluidez con la que vas trazando los versos al compás de tus recuerdos. Por supuesto es un bellísimo homenaje a tu abuela.
Un gran abrazo
Muchas gracias, querida Estrella, ya sabes, qué cuando uno habla de su abuela los versos salen solos, los recuerdos son poemas ya hechos... Este es un poema que le escribí a mi abuela hace ya más de una década y la verdad, es que le guardo un cariño especial, por los recuerdos que contiene y que me hace revivir cuando lo leo...
ResponderEliminarOtro fuerte abrazo y un feliz fin de semana!!!