ENSUEÑOS
Si
mis deseos se realizaran
solamente
con pensar...
carpintero
de ribera, yo sería.
Y
construiría una barca,
que
desafiando al temporal
cruzara
la mar bravía.
¡Y
sentir la galopada¡
encima
de un blanco corcel
que
hunde sus cuatro patas
sobre
la blanca llanura,
bajo
la noche estrellada,
y
enterrar las amarguras
en
medio de la nevada,
surgiendo
del blanco frío
recobrada
la esperanza.
En
la vieja Mongolia,
errantes
centauros
recorren
su tierra amarilla,
y
se pierden sus patas
buscando
la tierra
en
las hondas creadas,
por
vientos tenaces,
que
agitan constantes
los
mares de hierba.
Y
Yo, que bien nací,
a
la sombra del volcán.
¡Quisiera
viajar allí¡
Donde
orgullosos, cabalgan,
los
nietos de Gengis Kan.
Y
ser Isleño y ser canario
y
un orgulloso centauro,
cabalgando
a toda prisa,
empujado
por la brisa
mitad
hombre y mitad caballo.
Y
siguiendo en terca carrera
alejado
de la mar,
recorriendo
medio mundo
por
montañas y praderas
hasta
llegar al Baikal,
¡tan
cristalino y profundo!
y
abrevando en sus orillas,
a
ese centauro viajero
que
descubre maravillas
en
su perpetua carrera.
Quiero
llegar más allá,
El
Norte me llama,
¡La Taiga me está llamando!
me
lo dice cada rama.
He
de seguir cabalgando
sin
la menor inquietud.
Un
cazador me protege.
Es
el espíritu de Dersú
que
en la Taiga se
derrama.
a
veces le llama el viento,
y
suena como un lamento
cuando
su nombre proclama:
¡Gente
es... Dersú, Dersú Huzala!
Deje
detrás, las desnudas,
las
inmensas tierras esteparias
para
introducirme en la Taiga ,
Centauro
del Occidente.
Dicen
que la Taiga
está sola.
Dicen
¡qué está solitaria!
más,
Dersú, siempre decía:
¡Que
allí vive mucha gente!
Aquella,
es la propia casa;
de
gentes del aire y del agua,
de
los que van por el suelo,
y
de los que apenas se arrastran,
gentes
árbol y gentes fuego,
gentes
que habitan
en
el calor de las brasas,
y
gentes, la infinidad de animales,
gente
es la propia tierra,
y
gente es la raza humana.
¿Quién
dijo que estaba sola?
¿Qué
era la Taiga ,...
tan solitaria?
¡estando,...
por tanta gente habitada!
Quiero
llegar más allá,
¡El
Norte me llama!
¡El
Norte me está llamando!
he
de seguir cabalgando.
Entro
en tierras de penumbra,
¡tan
alejadas del Sur!
aquí
reina el abedul
y
alguna plantita enana.
Los
ojos me están diciendo
que
estoy llegando a la tundra.
Jamás,
hubiese llegado solo,
sin
este fiel compañero,
este
centauro viajero
que
ha de llevarme hasta el Polo.
Quiero
llegar más allá,
¡El
Ártico me llama!
¡los
hielos me están llamando!
he
de seguir cabalgando.
Sopla
una ventisca helada
sobre
los blancos glaciares.
Ahora,
pisa el hombre caballo,
Las
frías tierras polares.
En
mitad del oscuro invierno
me
fascina contemplar...
Un
extraño y fantástico meteoro.
¡Brillante,...
como jamás brillara un tesoro!
¿Será
el fuego de San Telmo?
¿O
es la Aurora Boreal ?
Quedo
perplejo, el fenómeno mirando,
y
sin darme cuenta, el centauro,
comienza
a hundirse en la mar.
Al
sentir el agua helada,
un
violento despertar,
me
hace ver la realidad
de
estar tendido en mi cama.
Escucho
el ruido del mar,...
del
que baña a las Canarias.
Entonces,
dejo el lecho,
y
me asomo a la ventana.
Encima
de un mar de nubes
¡aparece
una montaña!
tiene
la cumbre nevada
que
a su figura agiganta.
Y,
viendo al Teide, cubierto,
con
su típico manto blanco,
de
Tenerife y canario
más
que nunca me sentí,
queriendo
ver,... desplazarse,
por
sus faldas como el rayo,
¡la
silueta formidable,...
de
un centauro!
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
Copyright © Servilio Casanova Pestano| Todos los derechos reservados.
Muy hermoso este poema con un final mágico...Mi felicitación Servilio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy hermoso este poema con un final mágico...Mi felicitación Servilio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias, amiga Carmen, este poema lo escribí hace ya unos cuántos años, con él quise expresar el amor a mi tierra y el amor al mundo y a la naturaleza... Un gran abrazo.
ResponderEliminarEsos centauros mogoles
ResponderEliminarya están dejado la Taiga,
porque Servilio los lleva
en su cantar de canario.
Y comparto de nuevo, compañero, jeje. Más besos :-))