Mi refugio
Busqué refugio en todas las metáforas
que hallé,
en las palabras desgastadas
me escondí,
también
bajo la hierba del silencio
o en el cinismo que corroe
me oculté,
pero como perro por viña vendimiada
corrí,
huí de todo,
como un proscrito abandoné a la
multitud,
los caminos trillados, las voces,
las matracas,
los dientes que sonríen,
las manos de tentáculos
las palabras dulces que resuman
estricnina,
o las falsas caricias con cepillos de
púas,
y hasta la culpa y el deber...
Como con una maroma,
me envolvieron el cuerpo con palabras,
con frases grandes,
con elocuencias,
con la lógica y con la práctica
me enredaron
y, aquí estoy yo,
hoy,
con las propias cadenas que hice,
preso de mí,
pero libre de soñar y de cantar
como los pájaros.
¡Soberbio poema, amigo mío! ¡Cuánto me llegan este tipo de poemas nacidos del fondo del Corazón que somos!
ResponderEliminarSiento sana envidia. ¿Por qué siendo mío, siendo de todos los que te leemos, no pude escribirlo yo?
Ya sabes lo vehemente que algunas veces puedo ser...
Felicidades. Un gran abrazo.
Muchísimas gracias, querido amigo, me siento muy alagado con tus palabras, pero sé muy bien, lo bien que escribes y que como poeta nada tienes que envidiarme, pero te entiendo, a mi también me ha pasado cuando he leído poemas de compañeros como tú que me han llegado muy adentro...
ResponderEliminarFeliz noche, amigo, un abrazo!!!