Raskolnikok
La
sombra de Raskolnikok
llegó
deshilachada…
Era
como un penacho blanco
de
misterio, señalando
al
cielo con su dedo
seco
y agónico; mientras
la
noche pelágica, olía a moho,
a
sudor, a usura…, a codicia
y
a muerte encapsulada.
La
sombra de Raskolnikok
llegó
hecha jirones…
Pero
era tan real y diáfana
Como
una gota de agua cristalina.
En
su mano derecha, aún
portaba,
impregnada de sangre,
un
hacha.
En
la mano izquierda
Los
dedos le temblaban.
¡Hice
justicia! – se decía –
Y
lloró…
Y
mientras lloraba
de
los ojos de la luna
brotaron
rayos débiles
de
sangre transparente…
La
onírica justicia
era
inútil,
y
la otra, torpe
y
panfletaria…
Raskolnikok,
cruzó el viento,
la
lluvia…, la noche…
Marchó
a cobijarse
al
universo fabuloso
de
los libros…
Al
poco se durmió
y,
mientras lo hacía,
pronunció
frases incoherentes
y
algunas palabras blancas.
Gran homenaje poético le rindes al Crimen y castigo de Dostoievski, querido Servilio. No te miento, no leí la novela, aunque sí El idiota y Los hermanos Karamazov, pero ya con tu poema me hago una idea de su argumento también. Comparto muy gustosa. Besos y feliz noche :-))
ResponderEliminarGracias, querida Mayte, pues yo es de las novelas que he releído, la leí de jovencito, junto a Los Hermanos Karamazov y la volví a leer hace poco tiempo de nuevo, en una gran novela que no se puede dejar de leer... el Idiota también lo leí pero esa me pareció bastante enrevesada, para mi, claro, jeje me alegro que el poema te haya dado un pequeña pista sobre la novela...
ResponderEliminarFeliz noche, un gran abrazo amiga!!!